Vayan a Concepción un
buen número de Uds., hablen con los pobladores y con las FFAA. Escuchen las
denuncias y estúdienlas sobre el terreno. Y, al volver a Asunción, citen a la
ciudadanía y dígannos lo que de verdad está sucediendo.
Las denuncias tienen
piernas y corren y ya llegaron a Asunción. Poco a poco llegan, porque el
miedo de la dictadura ha comenzado de nuevo entre los campesinos golpeados.
Y en Asunción citen a
la ciudadanía en la Plaza y hablen y cuenten lo
que vieron. Y nosotros les preguntaremos.
La radio so’o ya
cuenta con detalles que a los presos se los llevan al destacamento y allí los
torturan y luego los llevan a los fiscales y jueces. ¿Es verdad?
También que,
enmascarados y sin identificación
ninguna, irrumpen de madrugada en las casas con brutalidad, delante de la
señora y niños. Uno de ellos en una casa
estaba operado del corazón y casi muere, dicen. Otro, tiene, por lo que vio,
trastornos psicológicos. ¿Por qué tanta brutalidad como los rambos de las
películas? ¿Es verdad?
En tiempos de la
dictadura hacían a los patriotas abrir sus propias fosas para luego simular
fusilarlos y así romperlos. Pero nos
dijeron que la Dictadura
pasó. Es que quedó por ahí suelto algún
capítulo de ella.
Señores
parlamentarios, para el Pueblo, por lo general, el grado de credibilidad de Uds. es mínimo. Gánense unos
puntos y esta semana ya váyanse al Norte de Concepción.
Abran allí los ojos y
los oídos y el lunes nos citan en la plaza y, uno a uno de los pocos que se
atrevan a ir, nos dicen la verdad.
Tarde o temprano nos
vamos a enterar todos de todo.
No nos hagan esperar
y unidos con los que comiencen a ser de
verdad nuestros representantes, iniciemos un trabajo junto por el bien de
nuestro Paraguay.
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