miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA CRISIS DE LA QUE TENEMOS QUE SALIR



Según el diccionario “crisis es una situación difícil y tensa de cuyo fin  depende la reanudación de la normalidad”. Y puede ocurrir en muchos campos: laboral, psicológico, político o económico etc...

Por definición la crisis puede tener un final feliz que signifique un paso adelante o el derrumbe total y, lo que es peor, el posterior sometimiento  y lo que  todavía es más  peligroso: todo   programado de antemano.

En el Paraguay, además de otras,  estamos en crisis política económica.

Treinta y cinco años de dictadura, más una apertura que no lo fue sino la profundización de la corrupción generalizada, más un gobierno de apertura al que  se le quita para sustituirlo con un  usurpador por un año en el que se roba a mansalva y nada sucede y ahora un hombre decidido que dice tener el rumbo del país, en el que cuesta trabajo confiar.

Todo esto va acompañado de movimientos económicos en una sola dirección: crece la plata de los pocos que tienen mucho y disminuye la plata de la mayoría que tiene poco o nada.

El Pueblo está muy confundido. Tiempo ideal para  que otros manipulen toda esta confusión de la crisis. Y presentar como salvación lo que en otros países muchos años antes ha fracasado. Inclusive para convertirnos y usarnos como bastión de esta causa “perdida”. Me estoy refiriendo a lo que llaman neoliberalismo  con el capitalismo de mercado.

Es interesante el recordar algunos elementos con que se está aumentando esta crisis.

Por ejemplo el miedo de la impotencia al ver cómo con plata se compra un partido político, o se alquila para ser más respetuoso.

También el miedo de la fuerza de las FF.AA. con la ley por la que el Ejecutivo puede enviar a los militares sin limitación adonde crea que hay un peligro.

Otro día  seguimos, si les parece.

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