martes, 7 de julio de 2015

EN LA BÚSQUEDA DE DIOS


Dios es tan fundamental y sobre todo lo que podemos captar que los seres humanos hemos y seguimos en su búsqueda. Lo cual significa que en la historia   de la Humanidad va avanzando  el modo de nuestra relación con Él.
Al amanecer de la historia humana pronto nos encontramos  con fenómenos naturales (tormentas, terremotos,  etc...) que nos superaban y que fuimos uniendo con esa semilla de infinitud que llevábamos dentro por aquello de ser creados, según la Palabra de la Biblia “a imagen y semejanza de Dios”.
Todo esto llevó a los primeros seres  a presentarse la realidad de la muerte como expresión del comienzo del camino hacia  AQUELLO que nos atraía, cuyas  muestras (por ejemplo, los alimentos y enseres con que los enterraban) encontramos ya en el paleolítico y que aun en tiempos de los romanos quedan restos en algunas de sus tumbas.
Espacio de tiempo inmenso que  muestra la infinitud del Dios desconocido y buscado y el esfuerzo profundo de la Humanidad en la búsqueda.
Con la unión de los seres humanos en asentamientos y comienzo del neolítico con la agricultura, la Fe en lo divino con los siglos nos llevará a la existencia de la Biblia y crecerá de la fe en muchos dioses a la Fe en un sólo Dios. Un salto grande fue la presencia hace 21 siglos de Jesucristo. El participa de la cultura religiosa de todo el neolítico, expresada el altar, el sacerdocio y la víctima. Pero su Buena Noticia no se agota en ello. Su  figura se proyecta luminosa hasta el fin  de los tiempos.
Escribo este resumen popular porque estamos empezando como una  nueva época post-neolítica que todavía no tiene nombre. Nuestra Fe y nuestra relación con Dios (religión) se profundizará a los largo de muchos siglos pero de una manera  nueva.
Con esperanza vayamos avanzando en la búsqueda de Dios.

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