Hemos tenido unos días
primaverales. Puede esto significar el
final de una pesadilla o las vísperas de otra muy grande.
Ojalá no llueva y no
suba de altura el río. Dos
cosas diferentes, que cuando coinciden
son como dos inundaciones
al mismo tiempo.
El agua avanza desde
abajo por el río. El agua avanza desde arriba por el agua
de la lluvia y por la acumulación de los aluviones torrenciales de las calles
de Asunción.
Este intervalo primaveral hubiera
sido ocasión para que la
Municipalidad se hubiera reunido con los distintos Bañados para
dar esperanzas y aunar esfuerzos. El Intendente Samaniego lo es también de los bañadenses, que son más
del 20% de la población capitalina.
Sin embargo, su conducta fue agresiva
hacia los bañadenses, defendiendo a los vecinos de las calles y plazas
donde los inundados pueden vivir en las crecidas del río.
El jueves 11 mediante un comunicado, la
Municipalidad informó que se obtuvo una resolución judicial que facilita el uso de la Policía, para desalojar a
las familias que se establezcan en plazas, paseos y calles.
Sin embargo, los afectados por la crecida
optan por regresar a los lugares donde a consecuencia de la crecida
pasada, fueron a parar con sus precarias construcciones.
"A consecuencia de la resolución y
por instrucciones de la Intendencia se ha solicitado la autorización judicial
correspondiente, para evitar esas ocupaciones. Se libra oficio a la Policía Nacional
y al Ministerio Público para el cumplimiento de esta resolución",
señaló el director de
asuntos jurídicos de la Municipalidad.
Con la alegría de
nuestro Pueblo la respuesta de los bañadenses del sur ha sido esta coplita “Intendente Samaniego, no seas
indiferente. El Bañado bajo el agua y tu reprimes a la gente”.
El intendente
Samaniego apoya a la clase media alta de los vecinos y los libra de los
damnificados. ¿Por qué?
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