Vayamos al 15 de junio de 2012.
Después de la masacre
dicen que se fueron todos. Unos, con mucho dolor. Otros, llenos de remordimiento por lo
sucedido.
Al día siguiente,
familiares de los campesinos desaparecidos volvieron a Marina Kue buscando a
sus seres queridos. Y su admiración fue grande al encontrar dos cadáveres de
campesinos entre las
malezas.
Ambos cadáveres tenían heridas en el
cuerpo. Pero, murieron de tiro en la cabeza. El trazado de los disparos no era
horizontal, ni de abajo para arriba. Eran de arriba para abajo, como quien
dispara desde cerca contra una persona
tendida en el suelo. ¿Fueron ultimados agonizantes con un tiro de gracia?
¿Será que alguien del
escuadrón de los 200 uniformados o de los
sicarios, volvieron en
solitario al atardecer del
15 y al encontrarse con los dos moribundos los asesinaron?
Me contaron que
solamente a estos dos
cadáveres encontrados al día siguiente se les hizo la autopsia. A los otros
campesinos encontrados se saltaron este protocolo esencial cuando hay muertes violentas.
Pasa el tiempo y los
acusados por la masacre de Curuguaty siguen presos. Pero, andan sueltos policías o sicarios, causantes
de las muertes de estos dos
campesinos en la tarde del 15 de junio del 2012.
¿Qué dice la in-Justicia que padecemos sobre los
campesinos asesinados? ¿Los reconoce o simplemente mira a otro lado para
olvidarlos? El fiscal Jalil Rachid parece que no les ha dedicado mucha
atención.
Nos quieren hacer
olvidar toda la masacre de Marina Kue (Curuguaty). Pero, no la olvidamos. Queremos
justicia. Y exigimos ya la
libertad de los 12 encarcelados inocentes. Estos hermanos son presos políticos. Están presos por
querer un trozo de tierra que es fiscal, y son inocentes de la masacre porque
no se puede probar que ellos
fueron los que mataron.
Esta tarde, a las
18,00 horas, nos encontramos delante del Panteón.
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