Y eso por muchas razones.
La principal porque al gobierno al que consideran las
encuestas el mejor (no fue perfecto) de todos desde la caída de la
dictadura, los senadores cesaron después de una apariencia de juicio sin
pruebas.
La principal de ellas fue la Masacre de
Curuguaty. Ahora, desde hace tres años estamos convencidos de que todo fue un
montaje para este juicio, aprovechando el miedo de los “amos” del
Paraguay a los cambios de Fernando Lugo en salud y preferencia por los
pobres y la voluntad de los sojeros y ganaderos de dar un castigo que
pusiera fin a las invasiones campesinas.
Las otras fueron trozos de diario que un senador
leyó.
Al juicio siguió un gobierno de infeliz memoria. Una
de sus primeras acciones fue un empréstito al extranjero sin saber de
antemano en qué lo iba a emplear, del que no sabemos nada más. Gobierno
que se fue, cumplida su misión de ser cómplice, sin rendir cuentas ni ser
luego cuestionado y juzgado de lo mucho que robó.
Todo esto es muy duro y por eso muy vergonzoso. Y
también muy peligroso para el Paraguay.
Desde entonces nos están haciendo recorrer un
camino por el que no queremos ir. Nuestra deuda externa era muy pequeña. Ahora
ya la duplicaron y prometen cuadriplicarla al estilo del Menen argentino
vendiendo al extranjero y privatizando las riquezas del Paraguay.
La pobreza extrema aumenta y la clase media baja
ya es pobre. Pero tenemos 165 multimillonarios y la mayor parte de las
ganancias se quedan en el 1% de acaudalados.
Y todo esto comenzó un desgraciado 22 de junio del
2012.
Cuando nos unamos los urbanos y los campesinos,
seremos fuertes, pero tardaremos años hasta llegar a donde estábamos con
Fernando Lugo, para desde allí iniciar de nuevo y por otros caminos nuestro
desarrollo.
¡Cuántos años habremos PERDIDO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario