Hice una breve encuesta entre
personas significativas. “¿A tu parecer cual es lo peor que tenemos en el
Paraguay?”. Y todos coincidieron rápidamente: La Corrupción.
Eso me animó a dedicar el programa de Fe
y Alegría del sábado pasado a este tema. Cincuenta y ocho personas llamaron por
teléfono. Hago un resumen de sus palabras. Realmente me limité a hacer la
pregunta y tomar nota. El programa lo hicieron los oyentes.
La primera intervención fue contundente “La corrupción está en todas partes”.
La segunda extendía este hecho en el tiempo, “Hasta en la familia existe ya la
corrupción”. El mal ejemplo del papá corrupto
contamina a los hijos. Y consejos
como “Aprovéchate del cargo a como sea”, crea nuevos corruptos.
La corrupción llega ser como una nueva cultura. La
ambición desmedida de tener más plata está
en el fondo. Todo esto es tan fuerte que son asesinados los que rechazan la
corrupción. Un ejemplo: los 139 líderes campesinos muertos por sicarios. La
corrupción se disfraza e infiltra y consigue dividir los mejores deseos.
Crece y anida y perdura en las élites y
cúpulas politiqueras a las que les quita toda la credibilidad. Sin embargo les
seguimos votando a los mismos corruptos. Un tema que profundizamos. ¿Por qué
este despiste? ¿Es que somos más clientes que ciudadanos?
Somos un país rico, pero la plata no
llega a los que más la necesitan. ¿Por qué? Y aquí hablamos del filtro de los corruptos. Ellos desvían a todos los
niveles, desde las cúpulas hasta el más pequeño funcionario, lo que elevaría
el nivel de vida del
Pueblo.
Una afirmación muy repetida fue la de que “La corrupción acabará cuando acabe a
impunidad”. Pero…en el Paraguay no hay una
Justicia capaz de hacerlo.
Otra parte del programa se empleó en citar los modos cómo opera. Una corrupción tan grande, como
decíamos, impregna todo.
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