Esta frase del título tiene dos interpretaciones.
En ocasiones me la dan como una excusa cuando urjo que existe demasiada apatía, que no
avanzamos, que los corruptos campan a sus anchas con total impunidad.
Equivale a decirme que no tenga prisa
que alguna vez todo esto se remediará. No me dicen cuándo ni cómo. Pero, en
realidad lo único que me dicen es que aguante. Ese aguante del que ya estamos
bastantes hartos y con ganas que desaparezca.
Pero, también tiene otra
interpretación. La vida humana está
viva. Hoy no es como ayer. El futuro no es la acumulación de todos los
presentes sino un camino recorrido cada día con el influjo de fuerzas que
no conocemos, que lo hacen difícil de dominar.
En este sentido “Estamos en un proceso” nos anima al “Carpe diem”, que no se aplica solamente al placer epicúreo del poeta romano sino,
también a la política, a la economía.
Nos encontramos por lo tanto con
dos respuestas y las dos
debemos de saber interpretarlas.
Pienso que la interpretación de mero aguante debemos de
rechazarla porque adormece.
Sin embargo tiene un matiz de la recta paciencia que
es positiva. No sé si es un proverbio chino, pero es verdad que “La paciencia
nos hace fuertes”. Es como una espera, por un
tiempo, acumulando la fuerza que se acumula de nuestros grandes deseos frenados en su acción.
Y, en cuanto a la segunda que habla de
la vida llena de creatividad y del influjo de fuerzas que no conocemos hasta
que brotan en una dirección centrífuga no tenemos que tenerle miedo.
Sin embargo, también aquí, el ser humano
ha de mostrar que es el rey de la creación. Es necesario avanzar con un plan de
metas medios y horizontes. Aunque a estos planes la misma realidad los rompa
mil veces para otras tantas rehacerlos en escalas superiores.
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