Es uno de los gritos que me ha llegado de
gente joven en esta Navidad. Y tienen
toda la razón.
La Democracia sigue rota por el golpe. Se disminuye el presupuesto social en el
Parlamento. Las elecciones internas fueron una compra generalizada de votos. Nos
quieren someter a la Rio Tinto Alcan. Ya
tenemos presos políticos. Corremos el peligro de volver al oscurantismo. Su
candidato presumiblemente ganará porque puede comprar más votos que todos los otros candidato.
En estos primeros días del Año 2.013 el enemigo no descansa.
Pero, añado: “Gracias a Dios”, nosotros
tampoco.
Este “Gracias a Dios “ no lo digo manipulando
su nombre como lo hicieron los que
ganaron últimamente las elecciones internas. Por favor, no tomen el nombre de
Dios en vano. Es un gran pecado.
Este “Gracias a Dios”, lo digo en el sentido cultural, que aun los no creyentes lo usan para significar
algo bueno y honesto alegrándose por ello.
Este “Gracias a Dios”, sí lo afirmo en su más
profundo sentido de FE religiosa. Porque Dios no quiere que se compren los
votos del Pueblo como quien compra un ganado. No quiere la mentira de contratos
que nos van a empobrecer más por años. No quiere que nadie esté preso por sus
ideas. No quiere que caigamos de nuevo en una dictadura de partido que no ha
respetado nunca los DD.HH. No quiere que por día aumenten los pobres en el
Paraguay.
El enemigo (los “amos” económicos del
Paraguay y la “mafia” de todas clases)
no descansa en este enero, trabajan más que nunca para asegurar su futuro de
robos por cinco años y se frotans alegre las manos porque todo esto lo tiene a su alcance.
Pero,
“gracias a Dios”, los que queremos un Paraguay más equitativo tampoco
descansamos. Abrimos los ojos y en mayor número nos vamos comprometiendo.
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