Y
no en los Estados Unidos, Brasil o Argentina. Aunque no faltan algunos de estos
países que siempre nos quieran tener
bajo su protectorado de acuerdo a sus intereses y en ocasiones lo consiguieron.
Ahora
el problema principal es que todavía nosotros mismos los paraguayos no captamos
que
nuestro destino está en nuestras manos.
Por
supuesto, está en manos de los partidos
políticos que elegimos para que nos representaran. Aunque, por naturaleza, representen solamente,
cada uno, a una parte del
Paraguay. Inclusive a mucho menos. Propiamente al grupo de personas que se posesionaron de cada
uno de ellos y los usan con dádivas o plata a su servicio. Y dado el bajo
nivel moral, por lo general, de estos políticos, fuera de promesas, poco se preocupan del bien global de la
Nación. Actúan más desde el poder como desde
una profesión para ganar plata.
¿La Nación paraguaya?. Simplemente la
ponen a su servicio. Estas
actitudes nos frustran y hacen huir de ellos a los que un día los
eligieron como sus representantes.
¿Entonces, quién se ocupa del destino global del Paraguay?
Siempre,
pero mucho más ahora, el poder soberano está en el Pueblo. Esto le da un compromiso grande. No solamente de elegir sino el compromiso de participar
de cerca en la tarea de sus
representantes. Por eso la importancia
de que nuestro Pueblo esté despierto.
Y,
en estos cuatro años, en que tuvimos el Cambio como meta y con sus pequeñas conquistas, ha aumentado el
número de ciudadanos que han abierto los ojos a su participación consciente .
Y
esta actitud va creciendo después del golpe del viernes 22 de Junio. La
indignación por esta fraudulenta interrupción d e nuestra Democracia ha sido
positiva.
El destino del Paraguay lo tenemos cada vez
más los ciudadanos conscientes paraguayos. Por eso la esperanza del futuro es
grande.
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