Con las guerras
contra Viet Nam, Irán, Afganistán, Libia y las amenazas a Siria y Corea del
Norte, dejando países destruidos y el petróleo en manos extranjeras, parecería
que el Gobierno de los EE.UU. estaba lo
suficientemente “entretenido” para ocuparse de lo que llama “su” patio trasero.
Ahora vuelve a
ocuparse de el y lo encuentra cambiado.
Cinco naciones hablan
de socialismo y actúa UNASUR.
Para contrarrestarlo
usa sus presiones y chantajes y ha creado la Alianza del Pacífico bajo su tutela. Como si una
OEA sometida ya no fuera suficiente.
El incidente no
dejando aterrizar al avión de Evo Morales en Portugal por presiones del
Gobierno de los EE.UU. es el último
episodio de todo esto.
Hasta aquí, el tira y
afloja de las naciones cuando se tienen que ver ante un Imperio.
Y todo esto ha llegado al Paraguay.
El gobierno de los
EE.UU. está influyendo fuertemente para que abandonemos el MERCOSUR y nos
pasemos a la Alianza
del Pacífico.
Sobre este asunto el
Presidente electo tenía una actitud dubitativa
hace dos semanas. Ahora es tajante “Queremos la Presidencia del MERCOSUR”.
Lo cual, paradójicamente, significa que
nos va a sacar de el.
El MERCOSUR es como
nuestra casa geopolítica. Con sus peleas y sus lazos de amistad, lo cual no es de
extrañar pues ocurre en las mejores
familias.
Pregunto: ¿un
Presidente puede hacernos salir de
“nuestra” casa por influencia de un gobierno extranjero, sin preguntárselo
antes a su Pueblo, mediante un referéndum?
La razón es que somos
un país soberano y no colonia de nadie.
Y, además, se nos quiere sacar del MERCOSUR para
convertirnos en un bastión del
neoliberalismo que luche contra los países hermanos, que van hacia una mayor justicia social y que nos rodean. En pocas palabras: nos
quieren usar para sus conveniencias.
¿Aguantaremos todo esto y no daremos un “NO” en la Plaza de 40 mil ciudadanos?
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