En el Antiguo Testamento (Lev.19, 2) se lee “Sean
santos porque yo el Señor, tu Dios, soy santo”. En los Evangelios (Luc 6,30) se
lee “Sean compasivos como el Padre de Uds. es compasivo”.
La santidad la
entendían los judíos en cumplir los Diez Mandamiento y los ritos de
purificación.
Juan el Bautista
en buscar pecadores para que se
convirtieran y formaran el nuevo Israel.
Sin embargo Jesús en
el Evangelio quiere también que seamos santos, pero nos muestra otro camino.
Quiere que seamos compasivos,
misericordiosos, que amemos a todos comenzando y privilegiando a los que tienen
poco o nada.
¿Cuál es la razón
última de todo esto? ¿Esta actitud será posible vivirla en un mundo consumista,
en el que sólo vale lo que rinde beneficios materiales?
Empecemos por lo
segundo.
El sistema que
vivimos de mercado nos ha marcado fuerte. La competividad ha sustituido a la
solidaridad. “Tengo que ganarle al otro”. Jesús, en cambio, dijo “Tengo que
ayudar al otro”.
Se forman líderes
individuales que dominen a los otros. Jesús, en cambio, quiere líderes
colectivos capaces en tomar decisiones colectivamente.
Por supuesto que se
pueden vivir los ideales de Jesús en este mundo consumista. Pero, en muchas
ocasiones tendremos que nadar contra la corriente.
Pero, ¿por qué esta
insistencia de Jesús en que seamos compasivos, misericordiosos, que vayamos por
la vida con la mano abierta para estrecharla y no con el puño cerrado para
golpear?
La respuesta es que
Dios es compasivo. Dios “sonríe” cuando crece la humanidad en que viven sus
criaturas. Y Dios “llora” cuando se humilla, se discrimina, se golpea a todos
pero en especial aquellos que por ser pobres es más fácil hacerle todo esto.
Por eso, los que
menos tienen son los que más interesan a Dios.
Cuando he dicho esto públicamente, algunos privilegiados en la vida, se
me han enojado.
También se enojó "el joven rico", pero Jesús lo miró con misericordia porque sabía que era rico.
ResponderEliminarSaludos.