El sociólogo Atilio Boron nos
recuerda en Alai-amlatina la lección aprendida por los militares norteamericanos
después de la derrota en Veit-Nam. Tan importante como el frente bélico donde
se mata y muere, es cuidar, en la retaguardia, de la opinión ciudadana en los
EE.UU.
Y, en este sentido, ahora tratan de
“re-educar” a la población para que conciba las
guerras de rapiña como heroicas cruzadas destinadas a perseguir
monstruosos terroristas. Así logran el adormecimiento de la conciencia
ciudadana.
Un caso concreto son las campañas
selectivas de destrucción con drones en las que mueren un supuesto terrorista y
49 civiles inocentes(Bureau of Investigetive Journalism).Una encuesta del Pew
Research dice que en los Estado Unidos
aprueban ya estos métodos el 68% de los votantes republicanos, el 58% de los demócratas y el
50% de los independientes. Contrariamente en el extranjero, rechazan estos
métodos en Francia el 63%, en México
el 73% y en Egipto el 89%.
Vengamos ahora al Paraguay. Aquí
también tratan de formatearnos desde fuera y los políticos nuestros
desde dentro.
Se nos viene encima el 15 de agosto
un gobierno con un capitalismo de mercado. Esto es lo que más nos preocupa. No
el que fueran colorados o liberales. Y este sistema neoliberal, aunque con sus
palabras lo ocultan, van a tomar decisiones para bien del 2% que nos domina
(ganaderos, sojeros, empresarios y multinacionales, mafias de todo tipo).
Estas decisiones son como el frente de batalla. Pero, como los militares norteamericanos, también
los políticos necesitan “formatearnos” para que aceptemos todo esto.
Y ya comenzaron. Ahora resulta que
los pobres son menos en el Paraguay. Ahora aceptan que haya presos políticos
(caso Curuguaty) para que, con el
miedo, no haya más invasiones campesinas.
Ahora iban a aprobar el
Marco regulador de nuestra energía para que pueda ser privatizada. Y nos
formatean por los MCS comerciales.
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