viernes, 13 de julio de 2012

DEL CIUDADANO ACTIVO AL CIUDADANO POLÍTICAMENTE ACTIVO


El pesimismo es siempre conservador. Porque  yo puedo ser pesimista si tengo mi salario, tengo mi casa, tengo habitación. Entonces yo puedo ser hasta nihilista y cínico, porque mi sustentación está asegurada.

Pero, ¿qué pasa con la gente que a duras penas tiene comida para hoy y no sabe si la tendrá mañana?. Y el 35% del Paraguay está en condiciones en las que su vida no está mínimamente  garantizada.

Estas personas tiene que salir a la calle cada día a luchar, rebuscando en las basuras, para asegurar su supervivencia y la de su familia. Y porque lo necesita, se convierte en ciudadano activo.

Ellos por necesidad tienen esperanza. Tienen que construir con esfuerzo desesperado ese día. Y a esto lo llamo “Optimismo trágico”. Es decir un optimismo activo, que nace en medio de  grandes dificultades.

Todavía le queda que se transforme este activista de la vida en militante político activo. Para eso tiene que conocer las causas de su dura vida y convencerse de que sólo organizándose y uniéndose con otros, puede cambiar la suerte de su colectivo y de su país.

“Hoy las gentes se movilizan porque tienen razones que son suyas y son, al mismo tiempo, colectivas. Por eso, estos ciudadanos unidos   exigen a los partidos políticos que sean simplemente sus servidores.

Esto se logra mediante un largo trabajo de concienciación.  Pero existen circunstancias, como el golpe de  Estado parlamentario express, que hemos sufrido,  en  las  que los ciudadanos  adquirimos rápidamente esta conciencia.

Dice un refrán que “No hay mal que por bien no venga”. El golpe de Estado parlamentario ha interrumpido la Democracia que teníamos. Pero, de el puede nacer una mayor conciencia, una sentido nuevo de Democracia que de participación a la ciudadanía, ya cansada de las arbitrariedades delos partidos políticos y de su corrupción. En adelante tendrán que ser de verdad nuestros servidores.

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