EL AJEDREZ DE LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

Esta integración es tan antigua como la independencia de nuestros países. Y muchos de los próceres  independentistas fueron, también, líderes en la integración. La “Patria grande” nació entonces y sigue como  un horizonte del futuro.

Oscar Ugarteche en ALAI-AMLATINA escribe “Nuevamente cual juego de ajedrez, las piezas del tablero de la integración regional vuelven  a moverse estratégicamente”.

 Y para el Embajador itinerante del Uruguay en este tema, Kintto Lucas, “América Latina vive un momento importante  en los términos de la  integración regional”.

Existen como dos modelos de integración.

“Un modelo  que es más soberano, vinculado a la producción nacional, con la idea de dejar de ser solamente exportadores de  materias primas, con una visión desde el Sur, desde nuestros países”.

“Otro modelo, por ahora hegemónico y disfrazado de progresista, que apuesta al libre comercio, donde quienes dirigen la economía son las grandes corporaciones multinacionales, que fomentan el consumismo, las especulaciones financieras y los tratados de libre comercio”

El primer modelo tiene como protagonistas a los mismos pueblos de América Latina y esta expresado en organizaciones como MERCOSUR, UNASUR, ALBA, y  CELAC.

El segundo modelo tiene como principal protagonista a los Estados Unidos de Norteamérica y está expresado en organizaciones como OEA, CAN, Alianza del Pacífico.

Ante esta realidad viene una pregunta de fondo: ¿a nuestros Pueblos de A.L.  les entusiasma la integración o es un tema que se mueve solamente entre las clases dirigentes?.

Parecería que el descrédito político toca negativamente a este tema. Y esta integración, que nos llevaría a la verdadera independencia, parece no tener mucho eco entre nosotros.

Y  este  es el  karakú del momento en América. 

¿Logramos  distinguir cuales sean nuestros propios intereses latinoamericanos frente los intereses de los EE.UU.?.

Kintton nos recuerda,  este respecto, una cita de Saramago:  “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos. Ciegos que ven. Ciegos que, viendo, no ven”.

¿Verdad?