En Tacuati Poty con
la excusa de encontrar a los asesinos
del Sr. Lindstron se está criminalizando a una población campesina, inocente y muy pobre.
En todo allanamiento
un juez tiene que expedir un mandamiento con la orden precisa de lo que se quiere
buscar. En Tacuati Poty se dieron
órdenes genéricas.
Al llegar hay que
leer públicamente el mandamiento del juez con su nombre, fecha y objetivo ante
el responsable de la familia. En Tacuati Poty no siempre se ha hecho.
El responsable tiene que acompañar en el allanamiento de la
casa a la policía. En Tacuati Poty, muchas veces no se ha hecho, y se le ha
confinado a un rincón apuntándole con
fusiles.
El allanamiento no es
para interrogar, esto se hará llamando o llevando a la persona que se quiera
interrogar a la Fiscalía. En
Tacuati Poty se interroga en los allanamientos. En una ocasión reunieron a los
niños atemorizados en un patio y rodeándolos con armas de fuego los
interrogaron.
Los que allanan una casa no pueden
secuestrar cosas que no ordene buscar el
juez. En Tacuati Poty se llevaron de todo,
inclusive robaron celulares y bienes de la familia.
Un allanamiento no
tiene que ser “brutal” maltratando. Una señora estaba preparando una pobre
comida para la familia y al verla la tiraron al suelo. “Seguro que era para
llevársela al EPP”.
Al final del
allanamiento se firma un acta. Si el responsable de la casa ve que no es exacta
el acta, no la firma y luego hablará con el juez. En Tacuatí Poty no siempre
hubo acta e hicieron firmar actas con amenazas apuntados por las armas.
Algunas de las cosas
que denuncio están penadas por el artículo 310 del Código Procesal Penal hasta
con 10 años de cárcel.
La ciudadanía
denuncia y exige pública respuesta.
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