“El movimiento, se
inició en Brasil como resistencia al aumento de las tarifas del transporte y fue
inédito y sorprendente”, así comienza Emir Sader sus reflexiones en
ALAI-amlatina.
Edito ese escrito que nos puede hacer pensar
1. La anulación del
aumento (de los pasajes) muestra la fuerza de las manifestaciones.
2. Esa victoria,
refuerza el criterio de que las
movilizaciones populares merecen la pena y
sensibilizan a la gente.
3. La manifestación
puso en discusión el tema de quién debe
financiar los costes del transporte
urbano.
4. La anulación del
aumento se traduce en un beneficio para las capas más pobres de la población,
que son las que utilizan este transporte.
5. El aspecto más
esencial de las movilizaciones ha sido el de posibilitar que amplios sectores
de la juventud entren en la vida política, sectores que, hasta aquí, no habían
encontrado modos de expresarse políticamente.
6. Quedó claro también
que las autoridades tienen dificultades
de relacionarse con las movilizaciones populares, sin darse cuenta de que
deben darles soluciones políticas.
7. Hubieron tentativas
de manipulación externa. Los sectores más extremistas hablaban de un
“levantamiento popular” contra el Estado, para justificar sus acciones
violentas. Pero fueron rechazados.
8. La otra tentativa es
de la derecha. Primero se opusieron, después, como desgaste para el
gobierno atacaron al gobierno federal. Esta tentativa fue
igualmente rechazada.
9. Es de destacar la
sorpresa de las autoridades y su incapacidad para entender el potencial explosivo
de las condiciones de vida urbanas y la ausencia de políticas para la juventud.
10. Dos
denuncias se hicieron: de que estaban siendo manipuladas por la derecha y la de exaltar acríticamente al movimiento.
Ambas son equivocadas. Las manifestaciones
surgieron de reivindicaciones justas y triunfó.
Transcribo todo esto y pienso en el
intento en Asunción de subir el boleto de los colectivos.
¿Hasta cuando seguiremos aguantando?
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