Prosigo con lo que
he llamado ayer “un coloquio incompleto”, con el tema de la maquila que Ud. colocó
en aquella reunión de presidenciables.
Y todavía insisto más en el, porque en un programa de radio
dije que no todo trabajo era digno. Un
oyente, me llamó por teléfono y me dijo que todo trabajo “sí” era digno
solamente por ser trabajo.
Disiento con todo respeto. Porque todo trabajo solamente por serlo no es digno, por eso, la
maquila tal como la entendemos no es la solución laboral para el Paraguay que
queremos.
La ley laboral es el
resumen de todas las conquistas de dos siglos de luchas de los
obreros para dignificar las condiciones del trabajo. Y esta ley sigue
vigente en nuestro país.
Se entiende por
maquila un modo de trabajo por el que una multinacional viene al Paraguay con
ciertos privilegios. Trae, por ejemplo, piezas de automóvil y las ensambla.
Luego el automóvil semicompleto se acabará y venderá solamente en el
extranjero.
¿Por qué viene una maquila al Paraguay? Muchos me dicen que
porque va a pagar muy bajos impuestos.
Existe otra razón. Porque paga poco salario, porque no se
tiene que preocupar del seguro médico ni de la jubilación, porque el estado le
garantiza que nunca se formará en ella un sindicato
Y si se pierden estos privilegios, se irá. Es un trabajo golondrina
sin ningún sentido social.
Siempre que digo esto me contestan: “De acuerdo, pero trae
trabajo”.
Y es verdad. Los esclavos también trabajaban. Los siervos
medievales de la gleba también trabajaban. En Paraguay los mensúes también
trabajaban. Pero no querría a ningún familiar
en la maquila que no cumpla la
ley laboral.
“Pero, con la maquila se lucha contra la pobreza”.
Más bien lo que hace
es luchar contra el pobre. Va a ganar un
poco, pero en condiciones indignas.
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