En la línea de colectivos metropolitanos número 30, con
sede en Luque, existen problemas laborales. 60 choferes está en huelga,
4 en huelga de hambre y 5 crucificados.
Eso de los crucificados es impresionante. Estuve una hora
hablando con ellos y sus compañeros. Quieren, y por supuesto, necesitan
esos hombres, grandes y fuertes, un trabajo “digno”.
No es digno el trabajo que los cansa y crea el nerviosismo
de ir conduciendo 10 ó 11 horas al día. El salario era injusto para la
responsabilidad que significa ser chofer. Y porque hicieron un nuevo
sindicato, fueron despedidos.
Ahora soportan la incertidumbre de un futuro sin
trabajo, la falta de medios para vivir ellos y sus familias, el dolor de
los clavos los 5 que están crucificados.
¿Los políticos de Luque? Uno existe y bien famoso. Su
política está en connivencia con la in-Justicia que soportamos.
El martes 12 de tarde tuvieron una reunión para ver
de encontrar con la empresa de la línea 30 de transporte una solución.
Propiamente el representante de la línea 30 se limitó a alabar a la
empresa por las dos nuevas unidades conseguidas y poco más.
De solucionar el problema con los obreros, nada.
¿Existe la
Justicia y, en concreto la Justicia laboral, en el
Paraguay?. ¿Cuál es el papel de un Ministerio de Justicia y Trabajo que no
incentiva la solución de los problemas entre los trabajadores y sus
empresas?
¿Hasta cuando vamos a tener que soportar que los obreros se
tengan que crucificar, hacer huelga de hambre o laboral, para que una empresa
se preste a dialogar con sus trabajadores para solucionar un
conflicto?
Parecería que en el Paraguay estuviéramos en la época
primera del capitalismo y que de nada hubiera servido la lucha de casi
dos siglos para que la clase obrera obtuviera los beneficios de nuestra
Ley Laboral.
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