martes, 14 de octubre de 2014

GRACIAS POR ESTE NUEVO DÍA


Es uno de los momentos principales del día. A las 5,30 me siento en mi despacho todos los días preparado para comenzar el trabajo.
Enviaré a Última Hora el artículo de mañana, escribiré algo  en Facebook, Twitter y veré el correo.
Pero, antes, viene lo principal: le doy gracias a Dios por el nuevo día que comienza. Me siento con un regalo de  24 horas en la Tierra, que para mí es el Mundo entero, el Paraguay, los Bañados, Mil  Solidarios, el trabajo en los MCS, el latir al unísono de cuantas personas y problemas  voy a encontrar . Gracias a Dios esto me llena de alegría y  esperanza.
En esta oración de corazón, a corazón le pido a Dios que en este nuevo día sepa hacer avanzar el Reino de Dios, para hacer a este  mundo en sus personas un poco más feliz. Una segunda alegría que  da sentido al día que comienza.
Y  reconociendo que la vida,  con ser maravillosa puedo no  saberla vivir a fondo, le pido a Dios que me cuide en este día. Y esta confianza es la tercera alegría de cada amanecer. Me siento en  sus manos.
En esta breve oración,  el Padre Nuestro traducido a  mi vida, muchas veces se me escapa el decirle a Dios que lo quiero. Pero, ya voy aprendiendo a corregirme.
Lo importante no es lo que yo quiera a Dios, que siempre será poco. Lo importante es que El me quiere y eso es muy grandioso.
Luego…
Comienzo comunicarme con todos: los Bañados, Marina Kue, la búsqueda de un trabajo para una  madre con muchos niños, denunciar  injusticias, preparar una entrevista con alguna autoridad difícil, hablar con los compañeros, leer alguna página del último libro, almorzar, descansar un  poco, asistir a varias reuniones etc. Teóricamente todo va a acabar a las 21 horas.
Y, siempre, el mismo comentario “¡Qué pronto se ha acabado el día!”


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