lunes, 11 de junio de 2012

DESCUBRIR LA PRESENCIA DEL DIOS QUE LIBERA Y HUMANIZA


Para el cristiano Dios está en medio de nosotros. No sólo interiormente, sino mucho más aún en los acontecimientos   de   la vida. No de una manera espectacular, pero sí de un modo sencillo pero real. El aprendizaje del cristiano es aprender a descubrirlo. Su madurez está en vivirlo en plenitud.
 

Vivimos en un mundo en el que lo que parece más brillar, inclusive como única realidad, es el imperio del mal. Y la conducta de los que perversamente adoran al  dinero en el sistema vigente del mercado o en la conducta discriminatoria, inmoral o destructiva de  la violencia,  es lo único que se publicita por los MCS como si el Mal fuera la única realidad.

Sin  embargo esta concepción de la vida es falsa. Porque es degradante y porque no es la única existente.

Este mundo no es todo perverso y malo sin remedio hasta que venga la intervención de Dios al final delos tiempos. “Ahora mismo,  la fuerza salvadora de  Dios está ya actuante y conduciendo la Vida a su liberación definitiva”. 

Y esta es la Buena Noticia que desde el comienzo de su vida pública,  insistentemente, predicó Jesús. En pocas palabras: “El Reino de Dios está en medio de nosotros”. Más claro todavía: “ Paralelamente a las obras del Mal, el Bien avanza humanizando a los que han sido deshumanizados”.
Pero, ¿cómo descubrirlo?”
Jesús lo dice en una sola palabra: “Conviértanse”.
Socialmente esto significa “Tengan una conciencia despierta”. Psicológicamente: “Sean personas,  o sea tengan salud mental”. Religiosamente: “Arrepiéntanse y purifiquen  los ojos del espíritu de las legañas que  ya se nos han pegado”.

Un gran teólogo del siglo XX escribió que el siglo XXI sería un siglo místico o no será cristiano. Y la mística significa haber descubierto a Dios en la Vida y con su ayuda comprometerse en liberarla de la deshumanización (violencia, corrupción, pobreza).

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