Una cantidad
creciente de la ciudadanía tiene una
larga lista de quejas contra los
diputados y senadores. Y la fuerte aparición de ellas, ciertamente, les tomó de sorpresa.
Y ellos lo confesaron y cedieron en el asunto de la supresión de los 150.000
millones de guaraníes para los operadores políticos.
No creo que en el
futuro sea tan fácil que estos acepten
los deseos populares. Y usarán toda clase de medios. Se saldrán de la sala para
que no haya quorum, no pondrán en la lista
del día el tema deseado, decidirán por
votación que atrasan su tratamiento por cinco años etc. Todo para provocar nuestro
cansancio y que la ciudadanía deje de presionarles.
Por otra parte la
ciudadanía descontenta, va abriendo más los ojos, crece en número, es capaz de darle
la mayor fundamentación a sus reivindicaciones
y aumenta la convicción de no
votarlos más. La organización de las convocatorias es más eficiente y la comunicación por las redes se multiplican.
Un caso concreto; el
martes 5 de junio la ciudadanía se reunió en masa ante senadores, que estaban
sesionando sobre la vigencia o no delas listas sábanas desbloqueadas. Al comienzo
todo transcurría como otras veces. Micrófono abierto, himno nacional varias
veces, canciones patrióticas. Un
ambiente enfervorizado, alegre y sin asomo de
violencia.
Después de dos horas se
corrió la voz que senadores iban a votar. Y hubo un acercamiento al edificio
del senado, inclusive el cruce de la calle hasta a un metro de la Fope. Cuando los senadores votaron y enviaron hasta
el 2015 el tratamiento del desbloqueo de
las listas sábanas, los presentes enardecieron y vino todo lo que hemos visto por
la TV.
Hay una larga lista de
reivindicaciones a diputados y senadores. La intransigencia a ellas de
colorados, liberales y UNACE, salvo pocas excepciones, puede repetir las
escenas del martes. Este tipo de clase
política parece estar tocando a su fin. Vive alejada del Pueblo.
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