Ante todo, deseo
felicitar a los que tuvieron la idea de
convocar a la ciudadanía para
impedir los 150.000 millones de que los
diputados daban a los operadores políticos. También por haber puesto sobre la
mesa los temas de las listas sábanas desbloqueadas y el juicio
político a los siete miembros de la Corte Suprema de Justicia que se declararon
inamovibles. Ellos supieron adivinar lo
que el Pueblo quería y tuvieron el acierto de convocarnos a todos. Gracias por
el servicio que hicieron al Paraguay.
Y espero que la policía
descubra a los infiltrados vandálicos que atacaron a las sedes partidarias. Ellos no
eran de la ciudadanía convocada. Instigados
por alguien intentaron detenerla en su participación constitucional. Pero, esta
ciudadanía sigue adelante.
La semana pasada me ha
llegado una entrevista realizada a Ignacio
Ramonet , director de la edición en español de Le Monde Diplomatique. Él sugiere el paso siguiente.
Lo que vimos el año pasado
con los indignados fue muy Alusionante. Toda
una generación protestando con una concepción más exigente de la política y de la democracia. Es una
lástima que esta gigantesca energía, por desconfianza hacia la política no haya encontrado un modo de permanecer como movimiento
reconocible. En mi opinión el sentimiento de muchos jóvenes de rechazo a la
política actual les ha conducido a no
organizarse y a no tener las
herramientas de conquistar el poder ni
directa ni indirectamente.
La realidad negativa de la política actual no agota lo que ahora ella es. En el nuevo Milenio la política será diametralmente opuesta. Descubrir lo que esto
signifique es una de las más
apasionantes aventuras de nuestra
juventud.
Hemos de saber darle continuidad orgánica a estos
aciertos de la presencia dela sociedad civil participante, barriendo el antiguo, y todavía presente, estilo político partidario corrompido
que debe de desaparecer para dar lugar a otro nuevo.
Muy oportuno el comentario. Hay un detalle que me parece importante: que esta juventud harta de la política sucia se desintegre en corto tiempo y eso sería darle la victoria al statu quo.
ResponderEliminarEs muy probable que eso ocurra, pues, apenas surge la idea de entrar a competir con la clase política en el mismo terreno que ellos, y nos incitan a ello, van a surgir comentarios de ambos bandos, que "era eso nomás lo que buscabamos".
¿De qué bandos? Los mismos compañeros de grupo, pues somos un callage multicolor y al pretender formar un movimiento van a salir los subconcientes fidelidades al partido al que cada uno pertenecemos y nos quedaremos en el movimiento nuevo los libres de esos tabúes y los independientes.
Los políticos saben de esta situación y por ello es que nos desafían a que formemos un movimiento y competir con ellos porque saben lo que va a ocurrir: lo señalado en el párrafo anterior. Por otro lado, ellos tienen una estructura centenaria, mañas centenarias, hábitos corporativos como segunda piel, la falta de ética que los convierte en enemigos sin reglas de juego.
Mi postura es conducir esto a que todo el mundo le niegue su voto a los partidos tradicionales en estas proximas elecciones y veamos si se purifican, de aggiornan. Si no lo hacen, entonces habria que rever nuestras fidelidades a los partidos tradicionales.