No lo
quieren aceptar ni la Corte Suprema ni senadores y diputados y el ejecutivo no
se atreve, pero ha llegado la hora de dar iniciación a la Reforma Agraria
Integral en un régimen de emergencia que no puede esperar más.
La
triste bomba de tiempo anunciada, si no se reparte la tierra recuperando las
mal habidas, con una política nacional de créditos, mercados nacionales e
internacionales, ayuda técnica, rutas todo camino, fábricas para darle valor
agregado a nuestros productos agrícolas etc etc ya ha dado su estallido fuerte
en Curuguaty y seguirá explotando en otros lugares y tiempos.
Y
paralelamente a la justa indignación de campesinos frustrados, se querrán
aprovechar de ellos los amos del Paraguay, impulsando las rebeliones y, al
mismo tiempo, después exigiendo las represiones, con el objetivo de que
desgatados y criminalizados los campesinos les dejen tranquilos en sus negocios
de todo tipo incluida la mafia de la droga y del contrabando. Todo con la ayuda
de los políticos y delos MCS, sus “humildes” servidores.
Ha
llegado la hora sabia de que los que valen, pueden y quieren sean convocados
para la Reforma Agraria Integral y de que el Pueblo soberano conozca a los
políticos y enriquecidos que se unen a este intento. Y con ellos formar
políticamente el frente que nos vaya a gobernar los próximos cinco años. Todos
los demás son escombros que hay que desechar no votándolos más. Nuestros
partidos de derecha y de izquierda , fuera de este horizonte, ya no valen y pedimos
su abandono a todos los ciudadanos, hombres y mujeres honestos, con los que
construiremos el nuevo Paraguay.
A esto
llamamos hacer una Revolución. O sea, a dejar de engañarnos poniendo parches o
hacer como que los ponemos y construir el cambio institucional y personal
profundo. La clave de todo esto la tiene la juventud en sus manos.
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