Fue
impresionante la foto sacada la noche en la que la larga caravana de autos
delos senadores huían por la costanera
aun no terminada. Nunca, salvo pocas excepciones, habían dialogado con la ciudadanía organizada
y mucho menos en estas circunstancias se atrevieron a hacerlo.
Acababan de decretar
que las listas sábanas siguieran bloqueadas hasta el 2.015. ¿Por qué?. Que responda la conciencia de cada senador,
pero la ciudadanía que estaba delante del Poder Legislativo lo interpretó
como un desaire a su poder
constitucional de participar y de que sus representantes la escucharan.
Lamentablemente huyeron
los senadores, pero no se fueron. Mientras
que la ciudadanía fortalecida sigue presente con otras reivindicaciones que
desde hace años quiere expresar.
¿Se atreverán diputados
a no iniciar el Juicio Político contra los siete magistrados de la Corte
Suprema de Justicia por declararse inamovibles, cuando en una encuesta aparece
que el 91% de la ciudadanía exige este
juicio?.
¿Seguirán apoyando la
ley de que las medianas empresas ( las
llaman así hasta con 100 obreros) tengan
el privilegio d e no pagar el salario mínimo en contra de lo ordenado por el Código del Trabajo?
¿Serían capaces de
negarse a la exigencia de que aumenten
el impuesto a la exportación de la soja como han hecho en Argentina y el
Brasil?.
Y si la ciudadanía unida masivamente se empeñara
en que los tres poderes urgieran el
comienzo de la Reforma Agraria Integral, ¿dirían que no en
el asunto de mayor repercusión de estos
tiempos?.
Ante esta participación ciudadana ya no les valdrá
a su representantes el huir, aunque les
pongan un elipuerto en el Poder Legislativo. Los políticos ya no pueden jugar
con la credibilidad de su representatividad. La sociedad civil va tomando nota
de ellos y les pasará la factura no dándoles sus votos en el 2.013.
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