lunes, 5 de agosto de 2013

LOS DOS MOTORES QUE NOS HACEN VOLAR


                    Vivimos unos momentos  importantes en el Paraguay. Acaba el gobierno del golpe (condecorado por él mismo y condenado por el Pueblo)   y va a comenzar otro.


 Y todos  necesitamos fuerzas. La encontraremos en la unión del Pueblo. También los creyentes   en ese Jesús que nos dijo que “estaría con nosotros hasta el final”.

Y  no son  afirmaciones teóricas para archivarlas.   Son una verdadera fuerza que ya nos está moviendo.

¿A todos? Debiera de ser  a todos.

Sin embargo,  pueden existir  circunstancias que la frenen.

Por un lado está esa pobreza extrema que humanamente  destroza a dos millones y medios de paraguayos y paraguayas. Cuando falta todo,  el ser humano no es capaz de comprender ni aun las más buenas noticias.

 Por el otro, cuando hay de  todo y se vive desmesuradamente bien, entonces no se quiere comprender lo que se opone a sus grandes intereses.

Unos no pueden agobiados; otros no quieren presos en lo que tienen.

Comienza una nueva etapa en el Paraguay. Un nuevo equipo de personas  va a estar al frente del País.

En la campaña ellos prometieron mucho. Fiados en el valor de lo que decían, los elegimos.  (Desgraciadamente no todos eligieron, porque dicen que más 150.000 vendieron sus votos).

Cuando se acerca el 15 de agosto, la ciudadanía ha vuelto a repetir muchas veces qué es lo que quiere para los cinco años entrantes.

A las autoridades les toca sentir al Pueblo y servirlos lo mejor posible.

A la ciudadanía le toca apoyarles y rectificarles el camino si no cumplen.

Y a ambos no nos va a ser fácil la tarea.

Encontraremos, ciudadanos  y autoridades, las fuerzas  en el mismo Pueblo, verdadero soberano según dice nuestra Constitución. Y los creyentes, además encontraremos fuerza en esa Fe en el  Señor Jesús que “está con nosotros hasta el final”.

1 comentario:

  1. Hechos irrefutables del abandono del Estadohacia la población es conocer que existe un déficit de viviendas de 1,1 millones en Paraguay, estando un 43% de las familias viviendo en condiciones de hacinamiento. La vivienda es un bien básico y un derecho Constitucional. La inversión pública en vivienda en Paraguay constituye la más baja de toda la región.

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