Desde el 2008 al 2012 se habló
mucho del Cambio. Luego, un grupo político en su intento de marketing lo quiere
sustituir por el término “Nuevo Rumbo”, que a muchos nos resulta vacío.
Pero, hablemos del Cambio.
Significa vivir la
equidad. Esa virtud que da más al que menos tiene, para que
la riqueza del país se distribuya entre todos. Significa lucha
frontal para que desaparezca la pobreza. Significa que el nuevo Paraguay está
naciendo.
Por impedimentos externos y falta de
energía en el liderazgo aquel Cambio del 2008-2012 existió pero fue
pequeño. Fue el comienzo de algo que antes poco o nada existía. Fue el
preámbulo del CAMBIO con mayúsculas.
La mejor prueba de que
todo esto existiera de verdad es que los que no lo querían y
sentían miedo de el, lo cortaron abruptamente con un golpe parlamentario.
Repetimos: aquello fue un capitulo
pequeño, pero real, de ese gran Cambio del que Jesús hablaba cuando predicando
del Reino nos decía que ya existía, que nos dejáramos envolver por el y
que entráramos en su dinámica.
El Cambio (pequeño capítulo en
la dirección del Reino de Dios) está ya presente, sigue creciendo y
engrosando con un número mayor de personas.
Esto lo palpamos cuando soñamos en el nuevo Paraguay. Lo
escuchamos cuando los compañeros nos citamos en las manifestaciones.
Cuando los más golpeados por las injusticias no se rinden y lideran las
denuncias.
El mundo moderno sigue siendo un campo
de batalla. El mal es fuerte, pero no ha triunfado. Frente a el existe lo
que llamamos, en clave religiosa el Reino de Dios. Para los no
creyentes es el Reino de la Justicia, de la Solidaridad. Es lo
mismo en su punto de llegada.
Ha llegado ya y está entre nosotros.
Abra los ojos y tendrá la alegría de descubrirlo. Es el sol que ilumina y
da sentido a nuestras vidas.
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