Se lo conté a un amigo y muy dura fue la reacción natural
de esta persona al escucharme.
Hace meses fueron
presos en el Bañado Sur
un matrimonio por venta al menudeo de crack. Se los llevaron a Tacumbú y al
Buen Pastor y sus tres hijos se quedaron “al aire libre” sin nadie que los
cuidara.
Primera pregunta: ¿por qué los policías y no se enteran
bien de las circunstancias concretas de los seres humanos que encarcelan?
Poco después uno de los hijos de 13 años fue sorprendido
por la policía en una moto. Fue llevado a la comisaría y la fiscalía para que
no lo encerraran en el correccional de menores de Itaugua, le dio una pena
sustitutoria de comprar leche por valor
de 300.000 guaraníes y con factura de compra.
Esta era una condición obligatoria.
Segunda pregunta: ¿es que la
Fiscalía no sabe que este niño de 13 años al no tener además a nadie adulto cerca, porque
su padre y madre están en la cárcel, no tiene manera de encontrar esos 300.000
guaraníes para comprar leche con factura y luego llevarla a la Fiscalía?.
La Fiscalía ha recibido ya la leche
con factura. Y es que la solidaridad entre los pobres es mayor que estos
desaciertos.
¿Qué nos está pasando? ¿Perdimos el sentido de pensar para
tomar decisiones? ¿Por qué los que tienen autoridad, parece que para quitarse
de en medio el problema, deciden lo más fácil para ellos, sin caer en la cuenta
de que cometen verdaderas aberraciones?
Me dijeron que por falta de tomar leche cuando niños
pequeños en muchos de ellos las neuronas no se unen, con lo que reciben daños
irremediables. Esto sucede desde hace
muchos años. No nos extrañemos, entonces, que nos vayamos encontrando más
adultos de la cuenta con estas características. Ellos no tienen la culpa, pero
racionalmente no parecen reflexionar.
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