Tengo delante dos
artículos. Uno es de una organización política, el otro de Frei Betto. Y los
dos se refieren al título de este escrito. En Política hay que pensar y mucho.
“Una de la tareas en
las que las personas más renuncian a
pensar es en la política.” (Frei Betto)
En nombre de la ambición, por escalar los más altos escalones
del poder, de mantenerse en una función
pública, de usufructuar la amistad y la alianza con los poderosos convencidos
que con sus migajas de cargos van a hacer algo grande, muchos en política
renuncian a pensar críticamente, se
olvidan de sus anteriores convicciones y se defienden de ello con argumentos
que nada prueban. Inclusive algunos ahora entran en el sistema contra el que
antes lucharon.
Y, cuidado “con la
supuesta oposición responsable, que no es otra cosa que sometimiento y
funcionalidad con el poder y la riqueza creciente de las minorías de nuestro país”.
Y todo esto daña al
Pueblo, que se siente huérfano de representantes valientes, que con su testimonio lo sostenga.
Porque todo esto es sumamente necesario y es el Pueblo el que más lo sufre.
Por eso es necesario
que en nuestra reuniones pensemos como estamos actuando la izquierda, los que
queremos un nuevo Paraguay, los que luchamos por la equidad, los que estamos al servicio del
Pueblo hasta tener la honra de que nos llame sus representantes públicos o privados.
Y si encontráramos
acciones, alianzas, cargos recibidos, negación de los ideales por los que
luchamos juntos, se lo digamos directamente y con respeto. Al fin y al cabo,
somos compañeros que estuvimos en la misma trinchera y que, lo más seguro, es
que en adelante juntos otra vez nos
volvamos a encontrar.
Y, nuestra crítica fraterna es para sumar y no
para restar.
Hacerlo para restar
es otra manera de no pensar en política.
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