El ser humano, aunque
solamente sobreviva, va acumulando datos en su experiencia que permite seguir
adelante aun en las experiencias más duras.
Pero, ¿qué le puede
ocurrir cuando si se interrumpe esta memoria de vida vivida?.
Pues que se queda
como desnudo, abandonado, desconcertado, aislado y con mucho miedo ya que
carece de punto de referencia. En estas circunstancias tiene el peligro de aceptar, agarrarse, a cualquiera idea o plan.
Dos cosas.
Primera, esta
interrupción de la experiencia asimilada puede ser causada por una enfermedad o
accidente o desastre natural (tsunami) o guerra o crisis económica. La causa
puede ser natural o provocada.
Segunda, esta
interrupción de la experiencia asimilada puede ser aprovechada para manipular a
personas o colectivos humanos.
Adelanto ya el tema: esta técnica, en la actualidad, está siendo rápidamente aprovechada para hacer
aceptar las supuestas buenas condiciones de vida que trae, supuestamente para
todos, el neoliberalismo o capitalismo
de mercado.
Por eso la pregunta
obligatoria que nos debemos de hacer: esta experiencia de interrupción memoria
vivida, ¿está siendo usada por este gobierno en el Paraguay?.
Comenzamos el nuevo
gobierno con la interrogante de lo que se significaría eso del “nuevo” rumbo.
Y pronto, rápidamente
y sin consulta, nos colocan tres leyes y
prometen la cuarta.
Si nos oponemos nos
amenazan con el miedo de ser considerados como un peligro y caer bajo el
ejercito a discreción total del presidente.
Nos dicen que el presupuesto no puede ser
aumentado. Inmediatamente, sin discutirse ni conocerse los criterios, se iguala
el presupuesto disminuyendo los gastos sociales.
Al mismo tiempo se
abre la puerta a las privatizaciones sin consulta ninguna al Pueblo que es el soberano.
Se anuncia una ley de seguridad para los que
inviertan en el Paraguay. Esto supone la flexibilización laboral.
Y el Pueblo choqueado
por todo esto, no reacciona. No sabe cómo reaccionar.
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