viernes, 25 de octubre de 2013

DOLOR Y PERPLEGIDAD


Una vez más ha muerto un servidor público y siguen los heridos. ¿Hasta cuando nos vamos a matar los paraguayos unos a otros? Accidentes, asaltos, asesinatos pasionales, peleas de borrachos con consecuencias mortales. Y sobre todo asesinatos de campesinos y  de servidores públicos, que quedan en el misterio.


“Es el EPP”,  nos dicen. Pero, ¿no es también una casualidad que se repite que cuando se avecina alguna manifestación grande o compromiso político difícil, el lunes 28 habrá uno de ellos y de mayor magnitud y extensión en todo el país,  hay muertes que se achacan a un causal que pareciera  acude puntualmente para distraer la atención.

Y no estoy negando cual sea la  causa verdadera de la última muerte.

Solamente digo que estamos ya cansados como Pueblo  de estas muertes de hermanos nuestros (campesinos y policías) y de la puntualidad que aparecen  como elementos distractivos.

Queremos que de una vez por todas desaparezcan estos  asesinatos y que se atrape y juzgue  a los verdaderos culpables, sea el EPP,  sicarios y narcos, o la corrupción empotrada en las fuerzas públicas.

Nuestro Pueblo exige un tiempo de paz para, con capacidad de discernir, elegir el camino que queremos, sacando de delante los impedimentos que nos están impidiendo el Cambio.


Quiero aprovechar esta ocasión para defender a los campesinos de los males que le están cayendo encima, además de las falta de políticas públicas para solucionar  su difícil situación.

Por el miedo infundido contra ellos no se soluciona  una situación que tiene sus raíces en la pobreza e injusticia. Exigimos una mayor y mejor actuación de la policía, militares, fiscales y jueces. Por su falta  de respeto a los derechos humanos con los campesinos, nuestros hermanos paraguayos, la ciudadanía ya no confía en ellos. El hambre no se cura  con atropello o enviando a inocentes a la cárcel, sino con fábricas, mercados y Reforma Agraria.

¡¡¡Vencer y vivir!!!

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