Quiero presentar un
testimonio de Esperanza con este documento escrito por un grupo de personas:
“Somos un grupo paraguayos y paraguayas, a quienes con un
golpe parlamentario les robaron la democracia
lograda por medio de los votos en el 2008.
Tenemos ante nosotros un presente difícil y el futuro que nos espera es preocupante, y nos
obliga a estar alertas porque el proceso de cambio iniciado puede desaparecer.
Pero nuestro compromiso con el Paraguay está firme. Por
eso, ante todos -y públicamente- decidimos seguir caminando. Pero, ¿qué significa este
querer continuar el camino?
Primero: La necesidad de reconocer, con humildad y
realismo, que como patriotas tenemos que asumir seriamente el compromiso de
estar cada vez más unidos. Porque ahora vemos que el Cambio no está en los planes de los que más
posibilidades tienen de alcanzar el poder político en estas elecciones.
Segundo: Afirmar públicamente que la historia no se ha
detenido, sino que sigue avanzando. Y nosotros con ella, día a día.
Tercero: Tener, ya con firmeza, una actitud de compromiso,
fuerte y abierto al futuro. Se trata de caminar desde el primer día, sabiendo lo que queremos. Y luchando por conseguirlo.
Cuarto: Organizarnos en grupos, de modo que impulsemos todo aquello que sea
beneficioso para el país. Así también que denunciemos todo cuanto lo frene y
pretenda hacerlo desaparecer, concienciando y movilizado con esto a los demás
habitantes del país. Y, a la vez, exigiéndolo a los que alcancen el poder.
Decidimos seguir caminando, codo a codo, con la
participación protagónica de la juventud, cuya presencia en el presente constituye la principal
señal de que el Paraguay tiene futuro”.
Quiero felicitar
en el día de hoy
a todos y a todas que creemos en Jesús
resucitado y en nuestra resurrección. Y a los que no creyendo caminamos todos juntos hacia la utopía de un nuevo Paraguay. Queremos
“vencer y vivir”.
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