viernes, 25 de octubre de 2013

OCHO MODOS DE METER MIEDO


En estos tiempos en los que no existen oficialmente dictaduras,  sí hay países que viven en el miedo.


¿Causas?.

La más fuerte es ir asesinando selectivamente  a los líderes comprometidos. En ocasiones se les camufla de abigeos. Pero, en otras ni se toman este trabajo.

La más complicada es hacerles un largo juicio del que no hay modo de salir. Pasan años y  ese miedo que produce sigue trabajando solo.

La más fácil  es decir que una persona concreta pertenece a la lista de nueve condenados por sicarios. La lista corre. Acaban no siendo nueve sino 100 los que se sienten acusados y mil los que tienen miedo de estar  entre los nombres.

La más barata es  que alguien con  poder político o policial acuse: “esa persona es sospechosa”. Y comienza el miedo entre los señalados que temen que los detengan.

Hacer allanamientos de madrugada, están prohibidos,  y actuar con brutalidad en ellos mete más miedo. Existe el terror de la noche

Existen otros miedos. Simplemente no dar una beca ganada por méritos, pero que nunca llega a realizarse porque “Ese joven va a manifestaciones y habla en ellas”.   Este miedo encierra el desencanto. Tarde o temprano esa persona discriminada en oculto, emigrará.

Las condiciones de trabajo también meten un miedo que  inmoviliza. Consiste en tener meses a una persona sentada en una oficina sin darle ninguna tarea. En ocasiones ni dispone de mesa y tiene que buscarse una silla. Psicológicamente destroza.

Está volviendo la época de los pyragues. Esa persona que asiste a nuestra reunión es la esposa del capataz. El otro es el hermano de un policía…. Y se desconfía de muchos.

El miedo comienza entre los que están más aislados. Pero se va extendiendo y tiene una labor aislante porque crea desconfianza entre todos.

Un Paraguay con miedo, no es el Paraguay que queremos.

1 comentario:

  1. Con distintas apariencias, el hombre sigue siendo un lobo para el hombre.
    Un saludo afectuoso.

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