Es lo que suelo escuchar de los
nuevos ministros. “No hay plata porque el gobierno de Federico dilapidó todo”
Y es verdad y es mentira.
Es verdad que el gobierno de
Federico se llevó todo lo que pudo. Y apropósito de esto: ¿Cuándo lo va a
devolver? Y si no lo devuelve, ¿irá a la cárcel común de Tacumbú? ¿Habrá algún
contubernio (esa palabra de la dictadura), para a cambio de no remover el
pasado próximo recibir algún favor?
Pero volvamos al tema.
Es verdad que las arcas están
vacías, pero esto acabaría en el momento que se grabara como lo hace Argentina
o Brasil la exportación de granos,
especialmente de la soja.
Cuando dejáramos de ser el país de América Latina de menor presión impositiva.
Cuando el impuesto a la renta personal fuera sobre las ganancias y no sobre lo
que ha sobrado. Cuando se redujera las enormes ganancias de los senadores y
diputados y asesores de las binacionales.
Habría plata de sobra para la salud
y educación y para todo lo que es justo.
El Pueblo con su sentido común lo
dice continuamente. “Si es así, manos a la obra. A poner estos impuestos
y todo arreglado”.
Pero, desgraciadamente, este
gobierno nunca lo va a
hacer. Por dos razones: pertenece a los que ya tienen plata (recorta
a los pobres) y, si quisiera, la patria sojera nunca lo iba a permitir.
Y es que, mientras no se demuestre
lo contrario, la patria sojera tiene más poder que la Patria Paraguaya.
Una aberración, pero una realidad.
Y. ¿qué tenemos que hacer?
Pues, muchas cosas.
No olvidemos que, además de una democracia representativa, somos una
democracia pluralista y eso nos da el derecho de disentir y proponer.
Y, sobre todo, somos una democracia
participativa y eso nos da derecho a influir porque
el Pueblo es el soberano.
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