Vamos a llamarlos popularmente:
poder del Estado, poder privado y poder de la ciudadanía. Curiosamente casi nunca los veo juntos.
El Estado una vez posicionado se
cree el poder absoluto.
Sin embargo disimuladamente, para
que no se transparente demasiado, lo vemos mirando de soslayo al poder privado.
Lo cual no es de extrañar porque le ha dado la plata en dólares durante
la campaña de sus miembros o les ha dado hegemonía sacándolos en sus diarios, radios o televisiones.
Luego, está el poder de la ciudadanía. Los
dos anteriores muchas veces lo usan y
manipulan. Sin embargo, poco a poco va creciendo.
Con esto último quiero decir
que para que un país marche, es ya
necesario que esto tres poderes se aúnen,
sin perder su fuerza o su identidad.
Con todo esto estoy afirmando que el Pueblo es el soberano.
La instancia más importante que da sentido a las demás.
Pero el poder publico nos dirá que
ellos son los representantes, lo cual no todos nos lo creemos a pié juntillas.
El poder privado nos dirá que ellos también son Pueblo. Y nos lo creeríamos
un poco más si sus intereses coincidieran con ese Pueblo mayoría casi absoluta
al que explotan o tienen olvidado.
Matizando todo lo que quieran estos
hechos, estoy casi convencido de que estos tres poderes tienen que buscar la
manera de entenderse.
Curiosamente esto nunca se logrará
si el Pueblo mayoritario y soberano (que
no es el poder
ni económico ni el político) no lo fuerza presionando. Esto se logrará si
ejerce la soberanía que le da la Constitución.
Para eso tiene el Pueblo que
aumentar su participación efectiva.
Y este es el problema.
Porque no hace mucho había
parlamentarios que dijeron que el Pueblo los elije y que luego los dejara tranquilos.
Porque todavía no se unen todas
las organizaciones ciudadanas para tener fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario